Esta mujer japonesa había sido contratada por un grupo de hombres de negocios para tener una fiesta privada con ella. Ella era una prostituta que parecía una niña muy joven y eso fue lo que hizo que estos hombres de negocios la quisieran y la eligieron para esa fiesta. Estaba bien pagada y sabía que se estaba metiendo en un bukkake muy salvaje y aceptó las condiciones que la pusieron para que todos aceptaran la fiesta.
Allí, ella apareció con una falda de la escuela secundaria y ropa interior de ese estilo también. Los hombres que la rodeaban seguían frotándola y quitándole la ropa hasta que la dejaron sin bragas y la dejaron solo vestida con su uniforme escolar. Uno por uno, la follaron y la atropellaron. Estaba tumbada en el suelo y la leche cayó sobre su uniforme, cara y cabello.