La japonesa Haruka Sanada deja que su jefe le perfore el coño afeitado. Ella siempre quiso vivir en Estados Unidos. Sintió que su cultura no encajaba con su esencia y, a medida que crecía, buscó desesperadamente una forma de volar a Estados Unidos y comprar las cosas que necesitaba para quedarse allí. Solicitó un trabajo como niñera y se le concedió el puesto. Haruka Sanada estaba muy feliz, ¡sus planes finalmente se estaban haciendo realidad! Ahora trabaja para un padre soltero de dos hijos; este hombre, aunque agradable, estaba haciendo avances audaces e inesperados. Así, apenas hablaba el idioma y no hablaba mucho, entre nosotros actuó como una niña virgen. Un día, la invita a su habitación, ella acepta, aunque dudosa, y acaba en el suelo gritando de placer y siendo penetrada por el jefe.
